quarta-feira, 16 de setembro de 2009

Mario Molina Henriquez


Ingeniero químico nacido en México en 1943, y uno de los más importantes precursores para el descubrimiento del agujero de ozono antártico. Fue un co-receptor (junto con Paul J. Crutzen y F. Sherwood Rowland) del Premio Nobel de Química en 1995 por su papel en la dilucidación de la amenaza a la capa de ozono de la Tierra y de los gases clorofluorocarbonos (CFC), convirtiéndose en el único ciudadano mexicano en recibir un Premio Nobel de Química.

Estudió en México, Suiza, Alemania y Estados Unicos.

Es miembro de El Colegio Nacional (México) y es un miembro notable de la Academia Pontificia de las Ciencias. Fue electo asesor del equipo de transición del presidente Barack Obama para cuestiones del medio ambiente en noviembre del 2008.

Ha realizado diversas investigaciones en el ámbito de la química ambiental sobre el problema del ambiente.

En 1974, Rowland y Molina daban cuenta de los resultados de sus investigaciones en un artículo publicado en la revista Nature. En él advertían de la creciente amenaza que el uso de los gases CFCs suponían para la capa de ozono, aviso que en aquel momento fue criticado y considerado excesivo por un sector de investigadores. Sin embargo, la tenacidad y el convencimiento que depositaron en sus propias teorías conquistó las mentes más incrédulas.

Meses después de recibir el Nobel, Molina, Rowland y Crutzen fueron premiados por el Programa de la ONU para el Medioambiente (UNED), por esta contribución.

Molina ha señalado que cuando eligió el proyecto de investigar el destino de los CFCs en la atmósfera, lo hizo simplemente por curiosidad científica. No consideró las consecuencias que conllevarían sus estudios. Pero cuando se dio cuenta de la envergadura de su descubrimiento, se sintió sobrecogido, porque su aporte no sólo ha contribuido a la comprensión de la química atmosférica, sino que ha supuesto un profundo impacto en la conciencia ecológica mundial.

Mario José Molina es considerado junto a Andrés Manuel del Río y Luis E. Miramontes, uno de los tres químicos mexicanos de mayor trascendencia universal.

Tyler Prize for Environmental Achievement (1983)
NASA Exceptional Scientific Achievement Medal (1989)
Premio Nóbel de Química (1995)
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (1999)
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica (2008)

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